Llenando el día

Disclaimer – Rant de los de “a ver si me sacan en el Menéame” a continuación. Si no te gusta, es muy facil – no leas. Mi blog es mío y me lo cruspo como quiero ;-)

Como a todos, la situación en España me preocupa bastante. Pero no hay que ser demasiado catastrofista: tal como leí el otro día en un brillante artículo (cuyo origen no logro recordar, lo siento), España no es ni Grecia, ni Portugal, ni Italia. No es ni siquiera Alemania. Se refería el artículo a que las empresas Españolas están más internacionalizadas en las de Portugal, la situación socio-económica no es comparable a la de Grecia, la banca es más potente y solvente que la Italiana e incluso la deuda pública es sensiblemente menor que la alemana.

Pero España tiene un problema donde somos campeones: el paro. Entre las naciones “potentes”, solo Sudáfrica con un 25% supera nuestro 23 y pico. Quien más quien menos tiene un familiar en paro, o varios. O familias enteras donde todo lo que entra es la prestación o directamente el subsidio (hay una diferencia entre estas dos, por cierto, cosa que parece que mucha gente ignora por las conversaciones que tengo a pie de calle).

Podría hablar largo y tendido sobre la reforma laboral, los movimientos neo-proletarios o como queráis llamarlos, la competitividad de las empresas españolas y qué le daban de comer exáctamente al pobre gato de Schrödinger. Pero hoy vengo un poquito mas cabroncete.

Lo que vengo a querer decir hoy es que, mal que nos pese, aquí sigue sobrando gente. Ahi va eso. Palada de abono al ventilador, abono fresquito para todos… :twisted:

Porque en mi trabajo diario como consultor en empresas, me sigo encontrando con puñados de personas que se dedican básicamente a llenar el día y que no se note que, en realidad, no producen un comino. Personas cuyo único talento parece ser convocar reuniones, hablar por teléfono, responder a interminables hilos de correo electrónico con copia a todo quisqui y tomar cafés. Y eso que hace tiempo que trabajo poco con el sector público, que si no apaga y vámonos. Para goce y jolgorio de mis lectores de trinchera, admitiré que cuanto más trepa uno por el organigrama, más probabilidades de encontrar a esta especie de parásitos corporativos. Por lo que probablemente el sueldo de estas garrapatas podría emplearse mejor en dos (o a veces más) trabajadores productivos y motivados. Si leyendo esto te sientes aludido y ofendido, háztelo mirar. Te auguro malos tiempos a la vuelta de la esquina.

Como dato interesante, de todas las ventas realizadas el año pasado (que fueron unas cuantas), cuatro insistieron en tener una reunión previa para “evaluar el servicio”, “centrar el proyecto”, “conocer mejor las circunstancias”…Perfecto. Todas estas reuniones fueron muy bien. Pero ninguna de ellas llevó a cerrar una venta. Podría inferirse que somos muy malos en las reuniones de venta pero, humilde pero honestamente, consultados mis otros clientes (muchos de ellos ya amigos) desmienten este factor. La estadística y el olfato personal de cinco años vendiendo nuestro producto son determinantes: a más interés en “hablar por teléfono” y “tener una reunión”, menos probabilidades de que finalmente se haga algo. Me acuerdo ahora de aquel artículo primigenio sobre las alarmas en las reuniones de venta, y llego a la conclusión de que el problema de las reuniones de venta, si el producto es simple y está correctamente paquetizado (como los cursos de Proyectalis, por ejemplo) es precisamente la reunión. Ergo mi única conclusión posible es que todos estos señores tan interesados en mantener reuniones y llamadas que rara vez bajan de media hora / tres cuartos sólo intentan llenar sus días, ya que los proyectos que se cierran normalmente lo hacen en base a dos o tres correos electrónicos muy rápidos. O eso, o son tremendamente ineficientes (¿para que dedicas tres horas de correos, llamadas y reuniones para intentar centrar un curso que, al final, no va a realizarse porque menganito no quiere, fulanito ya ha cerrado con otro proveedor o turunganito no te da presupuesto?).

Incluso como consumidor, raro es el día en el que no tengo que sufrir un servicio pésimo y desganado, desde repartidores de envíos hasta dependientes, pasando por vendedores de coches, organizadores de eventos, empleados de banca… Mucha gente que tiene trabajo, en vez de levantarse todos los días y dar gracias a $deity por ello, parece que van para el curro masticando arena, y así se pegan el día entero. Cada vez que recibo un tratamiento de este tipo me pregunto: entre los cinco millones y pico de personas en paro, ¿no hay nadie a quien le gustaría estar haciendo esto de buena gana?

A mi no me gusta mi trabajo, pero no lo voy a dejar tal como está el patio. Mientras tanto, me dedico a hacer lo menos posible. Total, me pagan igual: trabajar más porque sí sería de tontos“: recuerdo que en algun celebrado post antiguo me pusieron algo así en los comentarios. Y por el camino tienes una persona con paga, pero infeliz. Que además está haciendo infeliz a todos los que le rodean por contacto (como dice Emilio Duró, lo malo se pega).

¿Que falla en este planteamiento? Los gerentes. Los managers. Los líderes. En una empresa con una potente Cultura Corporativa de esfuerzo, desempeño, mejora, crecimiento, aprendizaje, trabajo en equipo y enfoque al cliente (Agile/Lean anyone?), el líder no permitiría que un miembro de la tribu vaya en contra de los valores de la misma. Por lo que hay tres factores que no se están reforzando lo suficiente: contratar a personas que realmente vayan a disfrutar con el trabajo y sentirse a gusto en la cultura en la que vamos a sumergirlas, reforzar esa cultura todos los días entre las personas que forman la tribu y apartar a aquellas que finalmente demuestren no ser coherentes con los valores tribales. Escribí sobre ello hace cuatro años, cuando nos preguntábamos qué hacer con los elementos nichapantes

Curiosamente ayer escuchaba un capítulo del podcast de Freakonomics y hablaban de la situación en España e Italia. Comentaban los altos índices de paro y decían que, aunque alguien podría pensar que “es que somos unos vagos”, la realidad era que habían factores económicos que incentivaban esta situación, como los prolongados y altos subsidios de desempleo y la dificultad que tenían los empresarios para despedir a los trabajadores que no funcionaban, lo que tenía el doble efecto de no dejar sitio para los que realmente querían trabajar y que además los empresarios se lo pensaran dos veces antes de contratar gente, en picos de demanda por ejemplo. No opino (o me guardo mi opinión completa): solo reflejo cómo nos ven los economistas.

No quiero dejar este Rant sin referirme al sector público, por el que antes hemos pasado de puntillas. Si hay alguien que se ha ganado a pulso la medalla de “llenando el día” es el típico funcionario de ventanilla de chiste de Forges. Comprendo que decimos “funcionario” y es un saco muy grande, pero todos sabéis perfectamente a qué me refiero. Ni al policía que está haciendo turnos de noche, ni al médico de la puerta de urgencias, ni al profesor de una secundaria desquiciada llena de cafres. Me refiero al que entra a la hora que le place, se pira dos horas y media a tomar café y comprar en el Corte Inglés y rellena el resto del día con partidas de solitario mientras suena su teléfono. Verbigratia, este artículo (leedlo, porque no tiene desperdicio). Una vez más: si te sientes aludido y ofendido… ¡Haztelo mirar!

Pero este sector “público” no se limita a los funcionarios: toda empresa que vive exclusivamente de venderle a la Administración española, ya sean ministerios, comunidades autónomas, diputaciones, ayuntamientos, empresas públicas, fundaciones, agencias, institutos, autoridades, embajadas, centros de interpretación o demás inventos, adquiere para mi inmediatamente el estatus de “funcionario” por dos motivos: uno, su dinero sale del arca pública (sí, sí, de ese recuadrito que dice “IRPF” en vuestra nómina todos los meses). Dos: es casi inevitable y necesario que se acabe adaptando al “ritmo funcionarial”.

No puedo sino tener la sensación de, como en aquel viejo chiste, si de toda la población quitamos a:

  • Población fuera de edad laboral (niños y jubilados)
  • Parados
  • Funcionarios y demás empleados públicos
  • Políticos y Sindicalistas
  • Empresas que sólo trabajan para la administración

Quedamos pocos, muy pocos, para poder mover este engendro y sacarlo de la crisis. A vosotros… Mi simpatía, mis animos, mis mejores deseos y un abrazo.

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18 respuestas a Llenando el día

  1. Juan Quijano dijo:

    Eres grande Angel!!

    En un momento de extremos y falta generalizada de sentido común, leer este artículo (con todas las puntulizaciones que darían para mil debates) es refrescante y motivante.

    Pones las palabras de lo que tantos y tantos pensamos.

    Una vez más, gracias.

  2. deck dijo:

    Muy interesante el artículo, pero no crees que también la situación actual esta haciendo que se abuse de ciertos trabajadores y se les sobreexplote, “porque la cosa esta muy mal”?
    Yo ya estoy un poco harto de que me digan “No te puedes quejar, que tienes trabajo” y siempre contesto “ya, pero tengo que tener TANTO trabajo?”.

  3. César dijo:

    100% de acuerdo. Lo has clavado.Y lo de los gerentes, 125% de acuerdo. ¿Los funcionarios no tienen jefes? Los médicos de la SS que recetan (gastando) de todo a todos ¿No tienen jefes?. ¿Que hace esa gente?

  4. Ángel dijo:

    No te digo que no, deck. Otro día si quieres hablamos de eso. Pero no hagamos como los políticos: “No, si los míos han robado… Pero es que los otros han robado más”. ¿Que haya empresas explotando justifica que los funcionarios se rasquen el forro de los pantalones a manos llenas? No lo veo….

    Por otra parte, parafraseando a Jurgen Appelo y Olaf Lewitz, existen empresas odiosas sólo porque la gente que trabaja en ellas renuncia a cambiarlas o dejar de trabajar en ellas. El hecho de que la gente no se niegue a trabajar de determinadas formas es lo que hace que esas formas existan. Así que por cada “es que mi empresa…” hay un “es que “.

  5. Julio dijo:

    Genial. Pero no has sacado del saco a los gerentes, altos directivos, mandos intermedios, etc. que tienen ahora como tienen a muchas empresas.

  6. Ángel dijo:

    Hola Julio. No estoy seguro de entender los comentarios, pero los gerentes y mandos intermedios pillan por duplicado en el artículo: una vez cuando digo que cuanto más subes en el organigrama más encuentras a individuos de esta especie, y otra cuando digo que tienen la responsabilidad de no estar creando, manteniendo y protegiendo un ecosistema sano basado en una Cultura Corporativa potente.

  7. Buen articulo, mi único matiz es que cuanto mas arriba subes en las compañías y llegas a la cúpula entonces te sueles encontrar gente que no sigue el patron del articulo.

    O conoces muchos “líderes” que sigan ese patron?

    Gracias por el post.

  8. Angel dijo:

    Por 25 pesetas de las de antes, Agustín, empresas publicas que funcionarían exactamente igual si el presidente del consejo, los consejeros delegados y el gerente se tomasen vacaciones indefinidas… Un dos tres, responda otra vez. Y otras tantas privadas, me temo, aunque menos.

  9. Marta dijo:

    Buenos días, Angel:
    Acabo de conocer tu blog y me ha gustado bastante.
    Pero el post de hoy lo has clavado.
    Yo estoy en paro y todos los días escucho gente quejarse de sus trabajos (no digo que, según qué casos no tengan razón, habría que analizar uno por uno) pero me dan ganas de decirles “te lo cambio”.

    Creoq ue habría que revisar los organigramas, departamentos y demás y ver quién sobra. O mejor: quién es reemplazable, de manera que el puesto siga ahí pero con personas que trabajen y sean productivas.
    Enhorabuena por comunicarte tan bien!

  10. Ángel dijo:

    Animo Marta. No hay mal que cien años dure, y una de las cosas “buenas” de la crisis es que no vamos a tener más remedio que librarnos de todo este lastre que nos hemos permitido en los tiempos de bonanza. Mientras tanto, aprovecha para reinventarte y (muy importante) invertir tiempo en tí misma. AHORA es el momento de hacer muchas cosas que, cuando tienes trabajo, no puedes (por ejemplo, hay mucha gente que se pasa la vida queriendo hacer el Camino de Santiago pero “no tienen tiempo”…).

    Lo dicho – ¡Ánimo!

  11. Ángel dijo:

    César, da la casualidad de que el tema Seguridad Social lo conozco de cerca. Hay médicos que luchan por controlar las recetas y las bajas indiscriminadas a gusto del consumidor, pero a los que no lo hacen… ¿Qué les hace su jefe? En la mayoría de los casos, nada. Porque llevan muchos años, no se les puede despedir, ya no van a cambiar, a mi me pagan lo mismo y no quiero problemas, blablabla… Con lo cuál tarde o temprano son muchos los que luchan pero se cansan y dicen “que le dén”, y a repartir pirulas y vacaciones grátis – bueno, grátis no, pagadas por tí y por mí…

  12. Ángel dijo:

    PD: frase REAL escuchada hace poco – “yo no he aprobado unas oposiciones para ahora dedicarme a currar”… Así nos luce.

  13. josé luis dijo:

    sensacional!!!

    Fantástica reflexión.

    Respecto a los comentarios de que ahora nos pueden explotar…

    Mi filosofía siempre ha sido.

    Si estoy bien en la empresa fantástico.
    Si no estoy bien, me cambio.
    Si no me puedo cambiar, entonces estoy más mejor en ella que fuera de ella, así que contento también.

    Ahora que es difícil cambiarse. mi objetivo es trabajar lo mejor posible, como siempre.

    Si al final la cosa termina mal, no será porque yo no he intentado hacerlo lo mejor posible.

    En vez de pensar, es que si termina mal, todo ese esfuerzo a la basura, prefiero pensar…

    Al menos lo intenté.

    Es patético ver rendirse a la gente antes de empezar a pelear, sólo por si acaso.

    Y trato de aprender. Es más fácil aprender de las situaciones complicadas y malas, que en las fáciles.

    No sé cómo acabaré, y mi situación ahora no es fantástica, pero lo estoy intentando.

    Ángel, como siempre, sensacional.

  14. Pingback: Aquí sigue sobrando gente...

  15. vayapues dijo:

    Sin embargo, nada que decir de la nula inversión en ciencia, de la cantidad de gente que dejó los estudios por la construcción y carece de formación, de los sueldos míseros que no cubren tan siquiera los gastos mínimos, de los horarios que impiden la conciliación, de la necesidad de invertir en formar y reciclar a los empleados. de la descapitalización de las empresas…
    Efectivamente, sobra gente, gente egoísta y sin escrúpulos. Después nos encargaremos de los vagos.

  16. piter dijo:

    La mentalidad de funcionario está enquistada en el subconsciente general.
    La idea es entrar en una empresa, conseguir ser fijo y carta blanca…
    En vez de resguardarnos en el estado buscamos una empresa grande en la que hacernos hueco y apalancarnos toda la vida con el mismo trabajo.
    Eso tiene que dejar de ser así, hay mucha burocracia innecesaria en la empresas y es un lastre cada vez mayor, las nuevas tecnologías rompen con eso pero en Españistán vamos 20 años retrasados.

  17. Hace dos semanas acompañé a un colega quien trabaja como camionero para una cooperativa de aceite. Salimos temprano a cargar la cisterna y llegamos a la factoría de envasado al filo de las 11:00. En el muelle de carga mi colega se bajó y le dijo a un mozo: “¡Killo! Ayúdame con la descarga”. El chaval, que esta sentado, le miró gravemente y le espetó: “Compadre, con calma, que son las 11 y en toda la mañana desde las 9 en punto no he parao”.

  18. Joder Sergio, vaya anécdota. Casi más que estuvieras de ruta en un camión de aceite..

    Muy bueno el artículo Angel, me ha encantado. La filosofía pragmática y a la vez optimista que desprende es lo único que nos puede salvar de la crisis. Y no “nos salvará” en impersonal, nos salvaremos pensando que podemos mejorar, que tenemos el control de nuestro destino, que hay que currar y que efectivamente sobra gente muy mal acostumbrada. Y lo realmente malo es que es muchísima gente…

    Al final todo es cuestión de tiempo, el sistema se limpia, y lentamente caen algunas buenas empresas pero sobre todo grasa.. y cuando las cosas vuelvan a ir bien tenemos que estar bien athentos ;-)

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